La invasión rusa de Ucrania en febrero de este año provocó un auténtico
terremoto en el sistema alimentario mundial. Los cargamentos de cereales
dominan los titulares de los medios de comunicación, pero esta no es la única
perturbación. Los precios de los fertilizantes han aumentado como
consecuencia de esta invasión, no sólo en Europa, sino en todo el mundo. Lo
que repercute tanto en los costos de producción de alimentos como en el
desempeño de las cosechas futuras.
Según el Banco Mundial, los precios de dos importantes fertilizantes
aumentaron considerablemente entre abril de 2021 y abril de 2022: los costos
del fosfato de diamonio se elevaron en un 75%, mientras que los precios de la
potasa aumentaron en un asombroso 178%. El precio de la urea también
aumentó casi un 18% con respecto al último pico que se registró en 2008.
Desde 2021, el precio del gas, materia prima utilizada para fabricar urea, ha
subido a nivel internacional. La Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que los elevados costes de los
cargamentos del transporte marítimo internacional y la posterior escalada de
las tensiones entre Rusia y Ucrania influyeron en las importaciones. Además, la
subida del precio del carbón en China provocó una disminución de la
producción de fertilizantes y las consiguientes limitaciones a las exportaciones,
que se establecieron para garantizar el suministro de la nación asiática.
En Perú, el precio de los fertilizantes se ha incrementado en casi un 150%,
aumentando los gastos de producción de alimentos y poniéndolos fuera del
alcance de algunos agricultores. La Encuesta Nacional Agropecuaria señala
que en Perú hay 2.244.000 pequeños y medianos agricultores que se han visto
afectados por la crisis mundial de los fertilizantes. Casi la mitad de ellos
(46,7%) utilizan fertilizantes químicos.
Varios alimentos básicos, como el arroz, el maíz y las patatas, han
experimentado aumentos de los precios al por mayor de más del 200%.
Además, se espera que los precios suban un 30% en 2023. Se calcula que esto
agravará las circunstancias financieras de los ciudadanos más pobres de Perú y
aumentará el número de los que se enfrentan a una grave inseguridad
alimentaria.
Perú no es el único país en este sentido. Un gran número de otras naciones -
incluidas las de Europa, África y Estados Unidos- se ven afectadas de forma
similar por el problema de los fertilizantes. Se espera el respaldo de las
Naciones Unidas, ya que lo han reiterado. Sin embargo, se prevé que los altos
precios de los fertilizantes persistan en 2023.
Este ejemplo ilustra la interconexión de los mercados mundiales y cómo las
acciones en Ucrania se sienten en el otro lado del mundo. Además, ilustra la
exposición de los países en desarrollo menos capaces de absorber los gastos
más elevados, agravada por la posibilidad de un menor rendimiento de los
cultivos en el futuro.
Stephanie Hawkins
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